miércoles, 26 de marzo de 2014

TEMA 9 LA EDUCACIÓN FÍSICA Y EL DEPORTE EN EL RENACIMIENTO Y EL BARROCO.

TEMA 9
LA EDUCACIÓN FÍSICA Y EL DEPORTE  EN EL RENACIMIENTO Y EL BARROCO


9.1. EL JUEGO DEPORTIVO EN LOS SIGLOS XVI Y XVII

            La Edad Moderna se inicia con el movimiento cultural del humanismo que defiende una nueva concepción del mundo en la que el hombre ocupa un lugar preeminente, sin que en ningún momento se llegue a negar la existencia y la supremacía de Dios, que sigue siendo el creador del universo. El humanismo busca con entusiasmo los textos antiguos, cultiva las lenguas clásicas e intenta resucitar el idealismo platónico frente al aristotelismo escolástico, afirmando en todo momento el derecho del hombre a realizarse en el mundo. Una de las tareas más importantes del humanismo fue la de reconciliar el legado de la antigüedad grecolatina con la tradición cristiana. La mayoría de los humanistas se vincularon al humanismo cristiano que afirmaba la unidad de la cultura humana y la armonía entre la revelación cristiana y la tradición antigua. El humanismo no sólo tuvo consecuencias religiosas sino también políticas y estéticas, teniendo una influencia decisiva sobre el movimiento renacentista.

            Las principales causas que motivaron el advenimiento del Renacimiento fueron las siguientes:
-          Las nuevas ideas y su facilidad de propagación.
-          Los avances científicos y las nuevas técnicas (especialmente la imprenta).
-          Circulación intensa de hombres, ideas y comercio.
-          Dimensión internacional de la economía.
-          Nuevos impuestos e incremento de la fiscalidad.
-          Formación de una burguesía cada vez más poderosa.

            El Renacimiento fue un fenómeno de alcance europeo donde se produce una circulación intensa de artistas, estudiantes, mercaderes, soldados, diplomáticos, religiosos, etc. Sus precedentes son a mediados del siglo XV un elevado crecimiento de la población, unos pensadores que se adelantaron a su tiempo como Dante (1265-1321), Petrarca (1304-1374) y Boccachio (1313-1375) que tradujeron obras de Homero y Herodoto.

            En la Italia del siglo XV es donde se inicia y prospera el humanismo, siendo las ricas ciudades italianas con el apoyo de los mecenas como los Médicis o los Papas los que se pusieron a la cabeza del estudio de las obras griegas y romanas. Los humanistas italianos se agruparon alrededor de impresores que editaban textos griegos y romanos que se expandieron rápidamente gracias a la imprenta.

            El humanista del Renacimiento, sobre todo en Italia, debe ser un retórico, poeta, artista, filósofo, político, atleta, amante y sabio. En las cortes italianas se elaboró el ideal de la vida en sociedad y que encontramos el la obra “el cortesano” de Baltasar de Castiglione. Leonardo Da Vinci (1452-1519) encarna las inquietudes y aspiraciones de los hombres del Renacimiento. Es a la vez pintor, escultor, matemático, alquimista e ingeniero, logrando una sorprendente unión entre el arte y la ciencia.

            En lo político destaca Nicolás Maquiavelo (1469-1527) que en su obra “El príncipe”, además de describir las cualidades que debe tener el gobernante, traza las líneas del estado moderno, propugnando un estado fuerte, independiente de la Iglesia y dirigido por el príncipe.

            En lo religioso destaca Erasmo de Rotterdam (1466-1536) monje errante, estudió en París, donde rechaza la intolerancia de la Sorbona. Viaja a Inglaterra y se relaciona con Tomás Moro quien le pone en contacto con los italianos. Sus libros ejercieron una gran influencia intelectual y, también, sus relaciones con humanistas, reyes y papas. Sus obras principales son los “Adagios”, “Coloquios”, el “Elogio de la locura” y el “Manual del caballero”.

9.1.1. El juego deportivo en el ámbito italiano

            En Italia el redescubrimiento del mundo clásico supuso un revulsivo y se buscó todo aquello relacionado con la cultura greco-romana, incluida la actividad física y deportiva que ganó de nuevo impulso no sólo en el ámbito educativo, sino en el juego recreativo. Empezó a aparecer literatura sobre gimnasia y juegos antiguos que constituye la primera literatura deportiva de la Edad Moderna. Con el renacimiento la actividad deportiva se seculariza y separa de rituales y del sentido religioso de la vida y se comienzan a utilizar los ejercicios físicos y los juegos deportivos como medio para la formación de los jóvenes. Dado que el Renacimiento italiano empezó casi un siglo antes que en el resto de Europa, ya en el siglo XV diversos autores italianos tratan del hecho deportivo, veremos a continuación los más relevantes.

            El primero es Pietro Paolo Vergerio (1349-1428), considerado como el verdadero fundador de la educación física, pensaba que el modelo a seguir debía de ser el espartano. Incluye en su obra actividades como las carreras, saltos, natación, equitación, manejo de las armas de la época, vida al aire libre al estilo espartano y juegos de pelota siempre que no sean perjudiciales

            Guarino de Verona (1374-1460) en su modelo educativo daba gran importancia a la lengua latina y griega, elaborando un programa de educación física con ejercicios de equitación, caza, juegos de pelota, natación y lanzamientos. Consideraba el ejercicio físico no sólo necesario como preparación para la guerra, sino también para la vida cotidiana.

            Vittorino da Feltre (1378-1446) era discípulo de Guarino de Verona, creó un centro educativo con el nombre de “casa giocosa” (casa alegre) abierto a todas las clases sociales, instauró un modelo de vida basado en la educación religiosa y humanista. En este centro de estudios se practicaba la equitación, lucha libre, esgrima, tiro con arco, carreras, saltos, juegos de pelota y natación. A través del ejercicio físico el alumnado debía combatir las actitudes de abandono y falta de sociabilidad, entrenando el carácter, los hábitos sociales y la autodisciplina. Para da Feltre el ejercicio físico tenía como objetivo principal “expresar la personalidad del alumnado”.

            Mateo Palmieri (1400-1475) en su obra “Della vita civile” pide una formación armónica del cuerpo y del alma, con lo cual, además de los ejercicios gimnásticos recomienda la equitación, la esgrima, lanzas, alpinismo y excursionismo organizado por la comunidad escolar.

            Enea Silvio (1405-1465), el futuro Pío II, exige dentro del programa educativo el endurecimiento físico, tiro con arco, honda, arrojar lanzas, equitación y natación.

            Mateo Vegi (1406-1458) recomienda la gimnasia, equitación, tiro con arco, honda, jabalina, lucha y juegos de pelota.

            Baltasar de Castiglione (1478-1518) elaboró el ideal de la vida en sociedad en su obra “El cortesano” que describe la vida en Urbino, donde se pasa el tiempo en fiestas, danzas, justas, torneos y conversaciones. Cuando señala las características del caballero indica que además de conocer las letras, dominar el latín y el griego y conocer la música y la pintura, el perfecto caballero debe además saber equitación, utilizar las lanzas y espadas, jugar a los bastones, correr toros, saltar, correr y practicar juegos de pelota. Respecto a las damas deben de ser conocedoras de las letras, la música, la pintura, ser buenas danzarinas y ser buenas conversadoras.

            Archange Tuccaro (1535-1602) en una de sus obras describe ejercicios similares a los actuales de habilidad en el suelo: volteretas, rueda, voltear en el suelo, flick-flack hacia delante y hacia atrás y de lado, etc. Ilustró su obra con numerosos dibujos donde se puede observar los movimientos que describe con claridad.

            El más importante de todos los autores citados es Hieronymus Mercurialis (1530-1606) que basándose en la obra de Galeno e Hipócrates, donde se señalan los beneficios del ejercicio físico para la salud, representa el eslabón entre la educación física griega y la moderna. En su obra “De Ars Gymnastica” intentó estructurar de modo científico y sistemático sus conocimientos con el objetivo de devolver a la gimnasia su valor y dotarla de todas las justificaciones médicas, indicando las condiciones del ejercicio físico. Distingue entre gimnasia higiénica, militar y atlética. Escribió, además, un pequeño tratado sobre la pelota. Considera que el ejercicio es bueno para todos, pero debe adaptarse a las circunstancias del individuo, del tiempo y del lugar. En su obra recoge todo lo relacionado con la gimnástica antigua que abarca todo lo relacionado con el ejercicio físico y el juego deportivo.

            Antonio Scaino (1524-1612) escribió el primer libro moderno sobre la pelota. Describe una modalidad parecida al juego de pelota francés y que se jugaba entre dos equipos, separados por una red, utilizando una pelota hueca de gran tamaño que se golpeaba con los puños, o bien con el antebrazo que iba protegido con una superficie de madera. Distingue dos tipos de pelota, la maciza y la de viento. Según sea el tipo de pelota y la manera de golpearla distingue ocho posible modalidades de juego. También describe el calcio como juego de pelota.

            Giovanni Alfonso Borelli (1608-1679) era físico, matemático y médico. Introdujo la mecánica y la matemática aplicada a la medicina, con lo que gracias a sus conocimientos de anatomía hizo una extensa descripción de los movimientos corporales. Realizó, en colaboración con Galileo, estudios fisiológicos serios acerca de los beneficios de los ejercicios terapéuticos.

            En cuanto a las modalidades deportivas en la Italia del siglo XVI sobresalió mucho la esgrima que tuvo grandes maestros italianos y autores que escribieron sesudos y amplísimos tratados sobre este deporte. El autor más representativo fue Achille Marozzo (1484-1553) que escribió una sistemática de la esgrima en cinco tomos y que fue maestro en la famosa academia de esgrima de Bolonia.

9.1.2. El juego deportivo en el ámbito francés

            En el siglo XVI hubo en Francia dos escritores que se pronunciaron a favor de los ejercicios físicos. Uno fue Rabelais y el otro Montaigne.

            François Rabelais (1494-1553) escribió la famosa novela “Gargantúa y Pantagruel”, en ella se enumeran una gran cantidad de juegos, tanto de niños como de adultos, algunos de los cuales son muy parecidos a los actuales. Algunos de los juegos deportivos que describe son las carreras, saltos de obstáculos, escalado de muros, gimnasia con barras de hierro y pesas de plomo, natación, buceo, remo, esgrima, lanzamientos de jabalina, tiro con arco, equitación, juegos de pelota, etc.

            Michel Montaigne (1533-1592), muy defensor de la educación física, en el sentido que la entendía Platón, considerando que el ejercicio y la gimnasia deben hacernos resistentes al dolor. En sus programas formativos incluye: carreras, luchas, música, danza, equitación, esgrima y caza.

            Los juegos de pelota eran muy populares en Francia, en los últimos años del siglo XVI había en París 250 campos de juego de pelota. En la Universidad de la Sorbona de París había 30 gimnasios dedicados básicamente a juegos de pelota y esgrima.

            A partir del siglo XVII los deportes empiezan a decaer, aunque en las grandes ciudades aún se mantenían sus campos de juego, sobre todo de pelota, aunque en una proporción muy baja, así en el reinado de Luis XVI en París solo quedaban diez campos de pelota. El juego de pelota típicamente francés era el soule, muy parecido al calcio y que se mantuvo durante el siglo XVII aunque con muchas dificultades y muchos menos practicantes y seguidores.

9.1.3. El juego deportivo en el ámbito inglés

            Inglaterra fue cambiando sus estructuras sociales y políticas a lo largo del siglo XVI y XVII, tanto fue así que en 1648 se proclamó la república y se decapitó al rey Carlos I. Estos cambios sociopolíticos influyeron decisivamente en la evolución del juego deportivo, ya que tal y como se conoce actualmente apareció en este nuevo marco de estructura social y se fue moldeando a través de reglas de placer y de ocio de ciertas clases sociales inglesas. Erasmo de Rotterdam influyó mucho en Inglaterra y como propugnaba el ejercicio físico, esto sirvió para que en los centros educativos ingleses se extendiera la práctica de ejercicios físicos.

            Thomas Elliot (1490-1546), en su obra “The governour” enumera un catálogo de ejercicios físicos, excluyendo los juegos rústicos, como los lanzamientos de piedra y el fútbol. Considerado el padre del sistema educativo inglés, influyó en todos los autores posteriores que señalaron de la misma forma la importancia de la educación corporal. Clasificó los ejercicios en ejercicios de fuerza, agilidad, velocidad, digestivos y de guerra y paz.

            Roger Asham (1515-1568) escribió la mejor obra sobre tiro con arco de la época. Indica cómo debe entrenarse a todo joven mayor de catorce años: pedestrismo, saltos, natación, lucha, esgrima, equitación, justas, tiro con ballesta, cetrería y juegos de pelota.

            Richard Mulcaster (1533-1611) era un amante del ejercicio físico que practicó hasta la vejez, recomienda en sus programas los siguientes ejercicios: marcha, carrera, salto, natación, equitación, caza, tiro con arco y juegos de pelota (dejando fuera el fútbol, por ser muy rústico y violento), durante el invierno aconsejaba incidir más en la esgrima, la lucha y la danza. Afirmaba que el fin del ejercicio era mantener una buena salud. Trató la educación física profundamente en sus libros. Clasificaba las actividades en tres categorías:
-          Según el lugar: cerradas (esgrima) y abiertas (caza).
-          Según la intencionalidad: premilitares, médicas y atléticas.
-          Según los efectos: ejercicios respiratorios, musculares, articulares y circulatorios.

            En la segunda mitad del siglo XVI se fundaron las históricas public schools de Westminster (1560), Marchant Tylor’s school (1561), Rugby (1567) y Harrow (1571), que fueron centros patrocinadores del juego deportivo inglés y, por tanto, precursores de todo el deporte moderno.

            Francis Bacon (1521-1626) indicaba que casi no existía enfermedad alguna que no pudiera remediarse mediante la gimnasia. Durante el siglo XVII varios juegos de pelota se hicieron muy populares entre la nobleza y los estudiantes, entre ellos la versión inglesa del paume que con el tiempo se transformó en el tenis y el juego de la pala curvada que dio origen al golf.




9.2. EL JUEGO DEPORTIVO EN ESPAÑA. SIGLOS XVI Y XVII

            El principal foco del humanismo español fue la Universidad de Alcalá, fundada en 1508 por el Cardenal Cisneros. Allí se editó la Biblia políglota en hebreo, griego, caldeo y latín. Valencia también destacó por su relación con las cortes italianas. El humanismo español no rompe completamente con la tradición medieval debido a la introducción de la Inquisición en Castilla (1480), con la Contrarreforma y las consecuencias del Concilio de Trento. A pesar de todo el siglo de oro español se caracterizó por el resurgimiento de todos los géneros literarios.

            Durante los siglos XVI y XVII el juego deportivo se fue desligando del mundo religioso, aunque la Iglesia hacía todo lo posible para controlarlo. El juego deportivo actuó como una válvula de escape de una sociedad anclada en el pasado. En nuestro país se promulgaron leyes, como la “Novísima recopilación” que pretendían limitar o prohibir la práctica del juego, las cuales estaban auspiciadas por los sectores religiosos más conservadores. Los juegos de toros no estaban regulados en estas leyes, porque se consideraba a la tauromaquia como un espectáculo y se regulaba de otro modo, al igual que el juego de cañas que siguió manteniéndose por su popularidad.

9.2.1. Autores españoles representativos

            Elio Antonio de Nebrija (1444-1522) con su gramática crea el primer tratado humanístico sobre una lengua vulgar. En sus tratados educativos intenta desarrollar la inteligencia de los niños mediante la experiencia, abordar las diferentes disciplinas a través del juego, porque esto ayuda a desarrollar el equilibrio interior y la espontaneidad de los seres humanos.

            Iñigo López de Loyola (1491-1556) era un militar y sufrió una grave herida en el sitio de Pamplona y durante su recuperación se puso a leer obras piadosas y a reflexionar sobre su misión en el mundo y cambió su vida dedicándose a salvar almas. En 1534 funda la Compañía de Jesús y se pone incondicionalmente al servicio del Papa. En el aspecto educativo, a pesar del conservadurismo de los primeros tiempos, los jesuitas se pusieron en contra de la educación que se les aplicaba a los jóvenes de la nobleza fundada en el culto caballeresco y en la guerra. Dieron una cierta importancia a los ejercicios físicos al aire libre. Se le daba importancia a la buena salud del cuerpo, como elemento fundamental para tener éxito en la relación con Dios.

            Juan Luis Vives (1492-1540) procedía de una familia de judíos conversos de Valencia y ese hecho marcó toda su vida. Se fue a estudiar a París durante su adolescencia y ya nunca regresaría a España. Lo contratan como preceptor de los hijos de una familia noble en Brujas, después se traslada a Lovaina. Posteriormente se traslada a Inglaterra y vive allí bajo la protección de la reina Catalina. Cuando abandona Inglaterra se instala definitivamente en Brujas donde muere. Su obra principal dedica un capítulo entero a la educación física destinada a los jóvenes. Su programa contiene marchas, carreras, luchas, juegos de pelota y bolos. Su objetivo es vivificar el cuerpo y evitar el embrutecimiento. Era un gran pacifista y consideraba que la educación física debía ser usada para promover el crecimiento del cuerpo y no para construir jóvenes feroces y salvajes. Escribe sobre los juegos infantiles y adultos y describe los juegos de pelota, sobre todo los que se practicaban en Valencia por parte de la nobleza denominado trinquete. En valencia había una media docena de trinquetes donde se jugaba a este juego que consistía en enviar con la mano la pelota de un una zona del campo a la otra y ambos espacios estaban delimitados por una red. Introduce el juego en su programa educativo y le confiere una importancia capital para la formación de los jóvenes.

            Cristóbal Méndez (1500-1553) era médico, nacido en Lepe (Huelva), se le puede considerar como el primer exponente histórico de la actividad física en nuestro país. Desde el punto de vista médico estudia el ejercicio físico como terapia a ciertas enfermedades o bien como medio de restablecer la salud. Escribe un libro desde una perspectiva médica, pero en el mismo hace una extensa descripción de los juegos, sobre todo del de pelota. Considera que el ejercicio físico y el juego deportivo influyen positivamente en la salud siendo el recurso más natural al alcance del ser humano para prevenir las enfermedades o para su tratamiento posterior.

9.2.1.1. Autores barrocos

            Pedro de Covarrubias, Francisco Alcocer, Francisco Luque Fajardo, Fray Alonso Remón, Pedro de Guzmán, Sebastián de Covarrubias y otros autores que trataron en sus obras el tema de los juegos y los ejercicios físicos, pero quizás el más destacado fue Juan de Mariana (1536-1623) porque fue uno de los eruditos que con mayor profundidad tocó el mundo del juego. Fue jesuita dio clases en Roma y en la universidad de la Sorbona de París. Estaba en contra de los juegos de azar y de la fiesta de los toros, sin embargo, es un defensor convencido de los juegos deportivos. Tenía un gran conocimiento de los efectos beneficiosos del ejercicio físico y del juego deportivo en los jóvenes. Escribe sobre todo tipo de luchas, del juego de cañas que era tan popular en siglo XVII en nuestro país. Le da importancia a la caza y al ejercicio que hacen los jóvenes en el monte para cobrar las piezas.

            Rodrigo Caro (1573-1647) merece también una mención especial. Fue sacerdote y erudito y un gran humanista. Fue un antropólogo en el más amplio sentido de la palabra. Estudia con mucho interés los libros clásicos y reunió unos 500 libros clásicos eruditos y genuinos. Escribió una obra titulada “Días geniales y lúdricos” que constituye el documento más completo que tenemos sobre el juego deportivo en nuestro país durante toda la Edad Moderna. Hace un análisis en profundidad de los juegos antiguos comparándolos con los juegos que se practicaban en su época, desde un punto de vista antropológico. Este libro aún siendo tan importante nunca llegó a publicarlo, tal vez temiendo su repercusión entre los eruditos moralizantes de su tiempo que no veían bien cualquier publicación en la que se tratase sobre los juegos. El libro se compone de seis Diálogos en los que se trata sobre diferentes juegos. En el Diálogo I se analizan los juegos de cañas y los toros. Indica los tipos de actividades ecuestres más frecuentes y hace mención a los saltos que eran muy populares en la época. En el Diálogo II estudia la lucha, el pugilato, el tiro con arco, la honda y los lanzamientos de piedra y nos indica como en el mundo grecorromano estas actividades se desarrollaban en la palestra y en su época no había espacios especiales para estos ejercicios, aunque sí similares. En el Diálogo III trata sobre los juegos de azar. El Diálogo IV trata sobre diversos juegos, sobre todo los juegos de pelota. Describe la morra que es parecido a nuestro actual juego de los chinos. Describe los juegos de raqueta. Los Diálogos V y VI describen juegos de burlas, escondites, columpios, etc.

9.3. ACTIVIDADES DEPORTIVAS EN LA EDAD MODERNA EN ESPAÑA (SIGLOS XVI Y XVII)

            El siglo XVII fue para España un siglo de conflictos, crisis permanente, ruina económica y derrumbamiento imparable. El hecho de mantener la misma estructura social de los siglos pasados, agravado por las continuas guerras, donde nuestro país salía perdedor y las grandes epidemias y problemas sociales, hizo que la situación general fuera de desastre generalizado. Curiosamente esta situación desastrosa contrasta con que el siglo XVII ha sido el siglo por excelencia de la fiesta y las diversiones y el testimonio cultural más importante de de toda nuestra historia.

9.3.1. Los torneos y juegos de cañas

            Una de las actividades que aún subsistían en el siglo XVII, aunque ya en franca decadencia, fueron los torneos. En algunas regiones de España se celebraban los torneos igual que se hacía en la Edad Media. Eran encuentros propios de caballeros inspirados por una dama a la que se le rendía homenaje. Las justas se iniciaban con lanzas, después con hachas y finalmente con espadas.

            Los juegos de cañas junto con los toros fueron las manifestaciones deportivas más populares en España en el siglo XVII.  El juego de cañas, aunque de origen morisco, seguía siendo una fiesta típica de la realeza y la nobleza y venían a ser una evolución de los torneos. El ganador era el caballero más hábil que se libraba de los golpes de sus contendientes y, a su vez, propinaba golpes a sus adversarios. El rey Felipe IV era un gran aficionado a este juego. En ocasiones, los caballeros se vestían unos de moros y otros de cristianos y se lanzaban al juego para ver quien ganaba.

            La cabalgada era otro de los deportes relacionados con la actividad ecuestre. Las carreras de caballos eran actividades de la nobleza y se practicaban en todas las fiestas cortesanas. Tenían diversas variantes aunque las más populares eran la máscara y la encamisada, también había otra no tan popular denominada el estafermo. La máscara y la encamisada se realizaban de noche con antorchas y, en la primera, los participantes iban enmascarados y, en la segunda, los participantes ponen las camisas sobre las armas para que se vean y no se confundan los del mismo grupo con los contrarios. El estafermo recibía su nombre de un muñeco mecánico que representaba a un hombre armado que cuando se le golpeaba con la lanza en el escudo que llevaba, giraba en redondo con gran rapidez, de tal forma que si no se era lo suficientemente diligente y veloz, el muñeco a su vez podía golpear al caballero con unas bolas o unos saquillos de arena.

9.3.2. Los toros

            Alcanzaron un auge extraordinario bajo el dominio de los Austrias, algunos de los cuales eran grandes aficionados. El primer libro sobre toros lo impulsa Felipe IV. Se celebraban corridas en todos los pueblos y ciudades de España y su imperio, pero los festejos más importantes se realizaban en Madrid, que era donde estaba la corte. Las corridas en el siglo XVII eran de dos clases: ordinarias y extraordinarias. Las primeras organizadas por los Consejos locales y, las segundas, organizadas por la Casa Real. Al no existir todavía plazas de toros, en Madrid se habilitaba la Plaza Mayor que podía albergar hasta 50.000 espectadores. Aunque el oficio de torear no estaba reglamentado, existían una serie de normas a tener en cuenta durante la lidia. Generalmente eran los caballeros los que participaban en la lidia para demostrar su valentía. Al no haber reglamento, ni técnicas taurinas se producían numerosas víctimas, entre caballeros y toreros de a pie mueren al año en las plazas entre doscientas y trescientas personas, además de gran cantidad de caballos y perros que se utilizaban en espectáculos taurinos especiales en los que los perros atacaban a los toros.

            Los espectáculos taurinos tuvieron sus detractores como Mariana que indicaba que el toreo a caballo, aunque era peligroso se podía permitir, pero el toreo a pie era tan peligroso que debía estar prohibido.

9.3.3. La caza

            Fue uno de los deportes preferidos en el siglo XVII, pero limitado en su práctica a la realeza y la nobleza. Reyes y nobles disponían de espacios amplios para practicar la caza, tales como fincas, bosques, dehesas, etc. Además, en estos lugares había palacios o pabellones de caza en los que los cazadores podían descansar. Las mejor organizadas y las más grandes cacerías se celebraban en los sitios reales, donde se mantenía una compleja organización de funcionarios y servicios para el buen desarrollo de la cacería.

            Las artes cinegéticas eran la montería, basada en la caza del jabalí y de otros animales que hubiera en el monte tales como: venados, ciervos, gamos, corzos, cabras montesas, lobos, conejos, liebres, gatos salvajes… La ballestería o caza con ballesta, la cual fue desapareciendo progresivamente, a la vez que se iba introduciendo la caza con armas de fuego. La cetrería o caza de aves con halcones y otras aves rapaces y la chuchería o captura de pájaros con ardides o engaños, como los reclamos o las redes.

9.3.4. Los juegos de pelota

            Durante los siglos XVI y XVII tuvieron una gran difusión por Europa y también por España. Autores como Luis Vives o Cristóbal Méndez recogen en sus obras los beneficios de los juegos de pelota y algunas normas y modalidades de los mismos.

            Méndez describe el juego de pelota a mano y el terreno de juego en el que hay que desarrollar el encuentro. Además indica determinadas técnicas necesarias para jugar mejor. Rodrigo Caro también describe el juego de pelota en su obra.

            Se describen las pelotas españolas que eran diferentes a las de otros países europeos. Solían ser más grandes y estaban rellenas de lana y solían ser de color negro para contrarrestar con las paredes blancas.
Durante el siglo XVI se fue cambiando la raqueta por la pala de madera. Un gran aficionado fue el rey Felipe III que se construyó un campo particular para jugar a la pelota que estaba unido al Alcázar por un pasadizo cubierto. En el parque del Buen Retiro había varios edificios y uno de ellos estaba destinado para el juego de pelota.

            En la mayoría de los pueblos antiguos se jugaba a la pelota y puede ser que los vascos también jugaran desde la antigüedad. Pero, está confirmado que los juegos de pelota que se difunden por toda Europa a partir del siglo XIV y mantienen su popularidad hasta finales del siglo XVIII, provienen del juego francés del paume. Muchos de los juegos actuales, como el tenis, provienen de esta modalidad deportiva. Es posible que muchos de los juegos que se practican en el País Vasco sean anteriores a la época de la colonización del juego de la paume, pero lo cierto es que otros juegos de pelota como los jugados en un trinquete o en frontón, proceden directamente de él, aunque adaptadas y modificadas sus reglas, de forma que se han convertido realmente en juegos completamente distintos y únicos. Los vascos amantes desde siempre de los juegos de pelota y fieles a sus costumbres y tradiciones, no solo conservaron las canchas de pelota de origen francés, sino que además las adaptaron y les dieron un aire típicamente vasco.


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